Capítulo 51.

Viernes 3 de noviembre.
Abre los ojos poco a poco, ha sido uno de sus peores sueños, aunque no suele tenerlos. Echa una mirada a la habitación, no es la suya y se nota, esboza una sonrisa al verla dormida sobre el, es realmente guapa, dormida mucho más, aún lleva el maquillaje de él, se quedo durmiendo en la cama de él. Aunque a él le parezca extraño, prefiere ir lento. 
-Ana: ¿Me estabas mirando mientras dormía? 
-Manuel: contemplaba tu belleza. 
Le brillan los ojos, le late el corazón a toda prisa, lo besa es un beso corto, que embarga una sonrisa de ambos. 
-Ana: ¿Qué hora es? 
-Manuel: pues... casi las 8. 
-Ana: madremia aun no me he maquillado, no me he vestido y encima voy y me quedo dormida. 
-Manuel: no te hace falta maquillaje, no vaya a ser que otros se enamoren de ti... y me dejes... 
-Ana: ¿Eso es lo que piensas de mi? ¿Qué te dejaría por cualquiera? 
-Manuel: claro que no. 
La besa y la va llegando a su terreno, ella se despide con un par de besos y una preciosa sonrisa.. 
Lleva bastante tiempo igual, harta consigo misma, de que la pase de todo, de que su madre este en coma y ella no pueda hacer absolutamente nada, tiene miedo y más que nunca de que se vaya la persona a la que más quiere, pero no debe o no quiere mostrarse frágil. 
Se pone los calcetines y a continuación los zapatos, tiene cara de desesperación... 
-Antonio: ee, ¿Qué te pasa? 
-Sergio: nada, absolutamente nada. 
-Antonio: aa ya se que es, que el niño necesita a una buena mujer. 
-Sergio: son todas iguales, estoy harto. 
-Antonio: no, Mirandita no es igual, ya veras como antes de que pase una semana esta detras de mi suplicandome que este con ella. 
... 
Un desayuno bastante frío por si, Sergio mira a Verónica, no entiende que es lo que le sucede, el porque se pone a si, el porque le afectan tanto las palabras que ella le dice, si total ella no es nada para el... 
... 
-Miranda: Sergio te estaba mirando vero. 
-Verónica: ¿Ese? ¿Quién es? un animal no conocido para mi. 
-Clara: ¿Ahora que ha pasado? 
-Verónica: como ya os he dicho no me apetece hablar de gente desagradable.. 
Ana llega deslumbrando en el comedor, botas negras con un considerable tacón, una falda que realzan sus piernas, ademas de esas medias, una camiseta sin escote, maquillada con tonos claros como de costumbre...se sienta en la mesa de Sergio, Antonio se ha ido, aprovecha para hablar con el... 
-Ana: vaya cara... por lo visto no has amanecido muy bien... 
-Sergio: pues la verdad es que no.. 
-Ana: ¿Mujeres? 
-Sergio: de momento no. 
-Ana: mira lo que tienes que hacer es buscar una, hay muchas que suspiran por ti... venga animate. 
Suena la sirena, Antonio llega corriendo Salva lo observa, no le quita el ojo, lo mismo hace con su novia, esta muy celosa, aunque no lo reconozca y no le diga nada a ella. 
Terminan las clases, Manuel muy preocupado en el salón acompañado de Ana. 
-Manuel: tengo miedo de saber quien es realmente mi madre.. 
-Ana: no lo tengas, seguro que es una bonita persona. 
Manuel preocupado y Ana también un tanto inquieta.. 
Verónica camina velozmente por los pasillos, para ver si su padre ha llegado, camina tan rápido que no mira ni por donde anda, se chocan... 
-Verónica: siempre, ¿Me persigues? 
-Sergio: a ver que no me hables, que no existes. 
-Verónica: no existo? 
-Sergio: no, para nada, a si que tira por ahí. 
-Verónica: a ver pijo de mierda, no te atrevas a hablarme a si que ya me tienes harta... 
-Sergio: aquí la única gilipollas eres tú a ver si te vas enterando que todos se ríen de ti.. 
-Verónica: si, pero por lo menos no comentan que soy maricón. 
La besa, la coge, la atrae hacia a el, no sabe el porque le gusta tanto besarle y el porque buscan tantas excusas para hacerlos, ella disfruta y no sabe el porque no quiere despejarse de sus labios, tiene una palabra en la punta de la lengua pero le resulta tan difícil decir "te quiero" a una persona que la odia y que el lo cree. 
-Verónica: comos siempre besándome... no si para mi que te gusto.. 
-Sergio: a mi no me gustan los hombres como tú... 
A Verónica esto le sienta fatal... le mete una ostia que el no espera, harta por la situación... 
Acaba el día, Verónica esta acostada entre lagrimas recuerda cada momento incluso se acuerda, de él, otro beso... y el la odia.. y es un estúpido... ¿O quizás no?