Valeria comienza a tener visiones sobre una gran catástrofe de muerte y desolación. Cuando se reúne con Gabriel y Natael para expresar su preocupación descubre que tales premoniciones están relacionadas con el maquiavélico plan que Alexia ha estado preparando en secreto: utilizar a su novio Rubén y sus ensayos científicos para propagar una epidemia devastadora a nivel mundial.
Alarmada, la joven tratará de impedirlo, sin contar con que, para distraerla de su objetivo, los Caídos van a poner al descubierto la naturaleza demoníaca del hijo que espera su madre. Como Valeria se verá en grandes dificultades para ayudar a su familia y cumplir a la vez su misión angelical, Natael acudirá en su ayuda pero Alexia, más poderosa que nunca, logrará desactivar sus poderes dejándole aislado en una dimensión atemporal.
Con el ángel fuera de combate, Valeria ocupada en salvar a su propia familia y Adrián sometido de nuevo bajo su maléfico influjo, Alexia verá allanado el camino para ejecutar su horrendo plan. Sin embargo, su incapacidad para percibir el bien no le ha dejado ver una última amenaza: Damián, que ya no puede dar la espalda a sus sentimientos por Valeria, se planteará renunciar a su naturaleza.
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